Cómo afecta el frío a la piel
«El frío es un factor climático que puede afectar al ADN celular de la piel, ya que genera una mayor fragilidad capilar que influye en una piel más apagada y menos elástica. También afecta a la capa superficial (córnea) que pierde el agua que contiene y en consecuencia se agrieta y descama. Asimismo, retrasa el ciclo de la renovación celular y aumenta la sensibilidad de la piel, empeorando las pieles con rosácea, dermatitis, etc.»
Decálogo
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- No hay que olvidar el uso del filtro solar en invierno. En toda rutina del cuidado de la piel, y sea cual sea la estación del año, es imprescindible que el último paso sea la aplicación del filtro solar. Aunque existe la creencia errónea de que el sol no afecta a la piel en invierno, la radiación de los rayos UVA (que son los que afectan a los tejidos cognitivos, dañando el ADN, las células, los vasos y tejidos) es unas 17 veces mayor que la radiación de los rayos UVB (daños inmediatos en la piel como quemaduras) y ésta se mantiene estable bajo cualquier tipo de situación meteorológica (lluvia, nieve, etc.).
- Utilizar cosmecéutica formulada con los siguientes activos por sus propiedades reparadoras, protectoras y regeneradoras como: aceites naturales vegetales (como el aceite de sésamo, el aceite de macadamia, el aceite de chía), vitaminas B3 y B5, teprenona (para calmar las pieles hipersensibles) y vitamina K2 (para reforzar las paredes de los capilares).
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- Los hábitos alimentarios y el estilo de vida también influyen en la condición de la piel, por ello es importante una ayuda micronutricional con suplementos tipo: aceite de prímula (con ácidos grasos esenciales insaturados, útil en trastornos de la piel y del pelo), zinc (agente antiinflamatorio y antioxidante), omega 3 (se recomienda comer pescado azul y/o suplementar con aceite de pescado purificado y concentrado).
- Beber entre 1,5 y 2 litros de líquido al día. Cuando aparece la sensación de sed se debe a que ya se ha producido cierta deshidratación.
- Las calefacciones no son beneficiosas para la piel. Por ello es es aconsejable utilizar humidificadores ambientales en casa, para contrarrestar los efectos de la calefacción y mantener el ambiente con mayor humedad relativa.
- Se aconseja realizar duchas (no baños) tibias y cortas. Los baños largos pueden derivar en una piel seca e irritada porque se daña el estrato córneo, el manto ácido e hidrolipídico y se dificulta su función de barrera protectora. Además es recomendable utilizar aceites de baño, jabones Syndet o soap free(jabones sin jabón, que son más suaves que los tradicionales y respetan más la naturaleza de la piel), y geles de baño con pH entre 4,5-5,5 para mantener la acidez normal de la piel, sin perfumes, conservantes o colorantes para minimizar el riesgo de alergias. Es importante que no contengan Sodium Lauryl Sulfate ni Sodium Laureth Sulfate, han de ser SLS SLES free.
- En las duchas mejor no emplear esponjas ni frotar la piel. Y después, secarse con toques (no frotando la piel) con toallas de algodón. Tampoco se aconseja dejar secar la piel al aire.
- Es imprescindible utilizar crema hidratante a diario, después de la ducha, para evitar la sequedad (incluso dos veces al día). Este gesto ayudará a que la barrera epidérmica permanezca íntegra y a retener la hidratación de la piel. Hay que indicar de forma personal e intransferible en cada caso la crema corporal más apropiada (tras una valoración personalizada realizada por un experto en piel).
- Después de hacer deporte es importante ducharse rápido, para evitar que el sudor reseque más la piel.
- Emplear tejidos que no irriten la piel (algodón y/o lino) más que otros que puedan irritarla (lanas y/o poliéster).
Fuente Beautymarket.es Gracias!